«Por cierto que mi experiencia de entonces probó, una vez más, la imposibilidad de aprender en una universidad cómo se llega a ser un artista. Porque para ser un artista no basta con aprender algo, con llegar a dominar unas técnicas profesionales, unos procedimientos. Aún se puede ir más lejos: para escribir bien —como dijo alguien— hay que olvidar la gramática.
Si alguien intenta llegar a ser director de cine, está arriesgando su vida entera, y él es el único responsable de ese riesgo. Por ello, sólo una persona madura debería asumir conscientemente ese riesgo. El gran colectivo de pedagogos que «forma» a los futuros artistas no piede ser hecho responsable de que todos los años sacrifique inútilmente a un inféliz sin suerte, que muchas veces llega a la cinematografía directamente desde el colegio. Al seleccionar a sus estudiantes, los centros de formación de carreras artísticas no deberían proceder solo por criterios pragmáticos, pues a menudo pueden surgir también problemas morales. Se ve esto en el hecho de que aproximadamente un ochenta por ciento de los que terminan su formación como directores de cine o como actores van a engrosar las filas de unos profesionales incapaces que durante toda su vida vagarán inútilmente por los ambientes cinematográficos. La inmensa mayoría de ellos nunca tendrá fuerzas para abandonar el cine y dedicarse a otra profesión. Pues para alguien que ha superado nada menos que cinco años de estudios de cine resulta tremendamente difícil despedirse de las ilusiones que tuvo…»
Nº de páginas: 274
Editorial: RIALP – LIBROS DE CINE
Traducción: ENRIQUE BANÚS IRUSTA / J.M. GOROSTIDI
Idioma: CASTELLANO