Cosas que leo #113:

    El español que enamoró al mundo, Ignacio Peyró

    «Pero, al igual que con los astros, la coyuntura orienta, no determina. Y aunque Julio haya tenido suerte, puede pensarse que también en mala suerte tuvo ración extra: accidentes y enfermedades graves en la juventud, por ejemplo. Uno de sus primeros apoyos en el mundo del disco, Enrique Martín Garea, contó que, en última instancia, lo diferencial en Julio eran unas aplastantes ganas de triunfar, pero ¿no las tendrían también otros? Al final, solo el éxito se explica a sí mismo. Y en ese éxito lo único imprescindible era él. Y quizás las personas, empezando por su padre, que tanto le ayudaron a lograrlo supieron olfatear eso mismo: esa gracia infusa, ese carisma elusivo por el cual usted y yo entramos en un cuarto y parecemos un aparador y entra Julio Iglesias y se lleva las miradas y despierta las sonrisas […]. Hay algo en su declinar, por tanto, que conicnde con el nuestro, y este libro queire también ser un homenaje a aquella ligereza, a aquella alegría, a aquella inocencia. Es posible que con otros cantantes quisiéramos cambiar el mundo, pero con los años llegamos a preguntarnos si no era más honesto limitarse, como Iglesias, a hacer feliz a la gente en las bodas.»

    Nº de páginas: 336

    Editorial: LIBROS DEL ASTEROIDE

    Idioma: CASTELLANO


    Cosas que leo #27:

    Alta fidelidad, Nick Hornby

    «En las canciones de Bruce Springsteen o te quedas o y te pudres, o te escapas y te quemas. Eso está bien; por algo es un cantautor y necesita opciones así de simples para sus canciones. En cambio, nadie ha escrito nunca en una canción que es posible escapar y pudrirse: hay fugas en las que te sale el tiro por la culata, y también te puedes ir de la periferia para vivir en la ciudad, para terminar llevando una vida periférica, suburbana y arrastrada de todos modos. Eso es lo que me pasó a mí; o es lo que le pasa a casi todo el mundo…»

    Nº de páginas: 357

    Editorial: ANAGRAMA

    Traducción: MIGUEL MARTÍNEZ-LAGE

    Idioma: CASTELLANO

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    Cosas que leo #16:

    Stop-Time, Frank Conroy

    «Por una vez me alegró estar tan flaco. Primero metí los brazos y luego la cabeza, de lado, pero tuve que sacarla enseguida porque me di cuenta de que así no iba a conseguir entrar. Respiré hondo varias veces y después pasé la cabeza y luego traté de encajar los hombros, primero uno y luego el otro. Me eché a reír cuando vi que de esa forma sí que podía colarme, y sentí que había hecho un descubrimiento esencial sobre mis movimientos corporales al notar el cambio repentino de sensaciones desde el impulso que logró introducir la parte delantera de mi cuerpo hasta el tirón que intentaba meter la de atrás. Ahora tenía los brazos libres y me había quedado colgado por la cintura, cabeza abajo, dentro de la habitación. Mis piernas, al otro lado de la puerta, se elevaron desde el respaldo de la silla. Sin dejar de reírme, retorcí el resto del cuerpo hasta que logré colarme del todo y caí de cabeza al suelo. Casi no noté el dolor. (No fue mucho peor que,  quince años más tarde, el mordisco de una mujer en el brazo.) Fui pavoneándome hasta el armario, abría la puerta y sonreí al ver el dinero. Cogí setenta centavos seleccionando muy bien las monedas, cerré el armario y el montante, salí por la puerta y me fui al cine…»

    Nº de páginas: 424

    Editorial: LIBROS DEL ASTEROIDE

    Idioma: CASTELLANO

    Traductor: Eduardo Jordá

    Prólogo: Rodrigo Fresán