Cosas que leo #82:

    Las perfecciones, Vincenzo Latronico

    O me he vuelto un desalmao… o esta historia está escrita desde una distancia muy salvaje. Me mata la poca carne que te deja tocar este narrador omnisciente… ¿Recomendable? Pues qué te digo… a lo mejor te flipa. No ha sido mi caso.

    Nº de páginas: 168

    Editorial: ANAGRAMA

    Traducción: CARMEN GARCÍA-BEAMUD

    Idioma: CASTELLANO


    Cosas que leo #81:

    Rabos de lagartija, Juan Marsé

    «Mamá ha encargado a David que la despierte a las tres y media. Hace un rato ha sacado los pies hinchados del agua salada de la palangana y ahora duerme la siesta sentada en el sillón de mimbre. David se acerca a ella sigilosamente, retira la palangana y le envuelve los pies en una toalla. Antes de incorporarse coge su mano y comprueba que está bien dormida, y entonces, con mucho cuidado, se abraza a sus rodillas y apoya la mejilla y la oreja contra su vientre. Un botón desabrochado de la bata le permite sentir en la mejilla la tensión de la piel cálida alrededor del ombligo, y capta con la oreja el apagado murmullo de lo que parece una melodía, como si la pelirroja cantara en sueños y su voz al caer se remansara en el útero. ¿Me estás oyendo, enano? Incluso dormida, tiene una canción a flor de labios. ¿Qué opinas tú, microbio, tú que escuchas su corazón a través de la sangre? ¿Por qué canta en sueños, y a quién le canta?»

    Nº de páginas: 352

    Editorial: DEBOLSILLO

    Idioma: CASTELLANO


    Cosas que leo #72:

    El mal hijo, Salvador S. Molina

    «Le oí. Dijo algo. Le escuché hablar. Me tocó la cara con sus yemas resecas. Quiero irme. Eso entendí. Déjame salir. No me dio tiempo a reaccionar. Al momento se le tensó el cuerpo y las costillas se comieron su pecho, retorciendo los dedos en el aire, y las piernas y el cuello, comenzó a gritar, a aullar por un dolor que llevaba dentro y que sólo él conocía. Puede sonar estúpido, pero me asusté mucho y me aparté corriendo, pegué un salto del colchón al pensar que mi padre podía morírseme o algo parecido. Él siguió convulsionando hasta que mi abuela se lanzó sobre él y le agarró de las muñecas. No sé qué hizo, pero funcionó. Tal vez eso pasaba siempre que le iba a ver y mi abuela ya había aprendido a dominarlo. Creo que le susurró cosas al oído. Igual que a los caballos.
    —Vamos a darle su regalo. Vamos a cantarle cumpleaños feliz…»

    “Es bonito… es muy bonito” le digo a Salva por teléfono cuando toco por primera vez el ejemplar de “El mal hijo”. Ya leí el manuscrito hace unos años y seguía pensando en el largo tiempo que han tardado en publicarlo; la verdad no entiendo la necesidad de hacer esperar a los lectores para asomarse a este universo Alhameño que se sucede en la novela. La primera vez que pisé su pueblo, ya lo había visitado a través de los ojos de Salva con esta primera novela que, por favor, espero no sea la última.

    Hay voz. Hay mirada. Hay estilo.

    Lo compruebo con emoción mientras releo la novela… “Qué hijo de puta”, me sale decir cada pocos párrafos… “Qué envidia”, también… pero esto me guardo de decírselo porque quiero que siga siendo mi amigo.

    Hay autenticidad. Hay talento. Y hay, hasta cuando él quiera, un escritor.

    Gracias por querer serlo.

    Nº de páginas: 240

    Editorial: ESPASA

    Idioma: CASTELLANO


    Cosas que leo #70:

    Nada es verdad, Veronica Raimo

    «Dicen que cuando en una familia nace un escritor esa familia está acabada.

    En realidad la familia saldrá adelante sin mayor problema, como siempre ha ocurrido desde la noche de los tiempos, mientras que quien acabará mal parado será el escritor en su desesperado intento de matar a madres, padres y hermanos, solo para volvérselos a encontrar inexorablemente vivos…»

    Nº de páginas: 216

    Editorial: LIBROS DEL ASTEROIDE

    Traducción: CARLOS GUMPERT

    Idioma: CASTELLANO


    Cosas que leo #65:

    Crimen y castigo, Fiódor M. Dostoievski

    «—¿Qué le parece a ustedes? —exclamó Razumijin, alzando todavía más la voz—- ¿Se imaginan que yo me pongo así porque ellos mienten? ¡Disparate! ¡A mí me gusta que mientan! La mentira es el único privilegio del hombre sobre todos los demás organismos. Mientes…, ¡pues ya alcanzarás la verdad! Porque soy hombre es precisamente por lo que miento. Ni una sola verdad podrías alcanzar si antes no mintieses catorce veces, y hasta ciento catorce veces, lo cual representa un honor sui géneris. ¡Solo que nosotros ni siquiera sabemos mentir con talento! Tú me mientes a mí, pero miénteme por ti mismo, y yo voy y te abrazo. Mentir con gracia, de un modo personal, es casi mejor que decir la verdad, al estilo ajeno; en el primer caso eres hombre, ¡en el segundo no pasas de ser un papagayo! La verdad no echa a correr pero a la vida se la puede zarandear…»

    Nº de páginas: 768

    Editorial: AUSTRAL

    Traducción: RAFAEL CANSINOS ASSENS

    Idioma: CASTELLANO


    Cosas que leo #64:

    De qué hablo cuando hablo de correr, Haruki Murakami

    Relectura. Como acostumbro a poner en las primeras páginas cuándo arranco con la lectura de los libros, este lo leí hace cinco años durante un viaje de vacaciones a Tenerife. Me ha generado más nostalgia que otra cosa y el ejercicio de revisitarlo se debe a que he leído recientemente «De qué hablo cuando hablo de escribir».

    Muy Interesante y en su momento hice algunas anotaciones curiosas; ¿quién era yo hace tanto tiempo?

    Nº de páginas: 240

    Editorial: TUSQUETS

    Traducción: FRANCISCO BARBERÁN

    Idioma: CASTELLANO


    Cosas que leo #62:

    De qué hablo cuando hablo de escribir, Haruki Murakami

    «Para los escritores mantenerse sin dificultades en el lugar donde deben estar es casi sinónimo de muerte creativa. Los escritores somos como ese tipo de pez que muere ahogado si no nada sin descanso.

    Por eso admiro a los escritores que nadan incansablemente durante mucho tiempo. Tengo una lógica predilección por determinadas obras, pero la esencia de esa admiración reside en que ser capaces de mantenerse activos durante muchos años y ganarse un público fiel se debe a que poseen algo fuera de lo común. Escribir novelas responde a una especie de mandato interior que te impulsa a hacerlo. Es pura perseverancia y resistencia, apoyadas en un prolongado trabajo en solitario. Me atrevo a decir que son cualidades y requisitos fundamentales de todo escritor profesional…»

    Nº de páginas: 304

    Editorial: TUSQUETS

    Traducción: FERNANDO CORDOBÉS / YOKO OGIHARA

    Idioma: CASTELLANO


    Cosas que leo #60:

    Extraños en un tren, Patricia Highsmith

    «Eso era. Había puesto fin a una vida. Más nadie sabía qué era la vida, todo el mundo la defendía, era lo más valioso, pero él había arrebatado una. Aquella noche había tenido noción del peligro, de que le dolían las manos, del temor a que ella hiciese ruido, pero en el instante de sentir que la vida se le escapaba a la víctima, todo lo demás se había borrado y sólo le había quedado la realidad, la misteriosa realidad de lo que estaba haciendo, el misterio y el milagro de poner fin a una vida. La gente hablaba del misterio de nacer, del principio de la vida. ¡Pero eso era muy fácil de explicar! ¡De la unión de dos células embrionarias! Pero ¿y el misterio de poner fin a una vida? ¿Bastaba con apretar el cuello de una chica para que su vida se interrumpiera? Bien mirado, ¿qué era la vida? ¿Qué sintió Miriam después de soltarle la garganta? ¿Dónde estaba? No, él no creía en una vida más allá de la muerte. Ella había dejado de ser, y justamente eso era el milagro. ¡Oh, sí, él podría decir muchas cosas si le entrevistaban los periodistas!»

    Nº de páginas: 360

    Editorial: ANAGRAMA

    Traducción: JORDI BELTRÁN

    Idioma: CASTELLANO


    Cosas que leo #57:

    El extranjero, Albert Camus

    «En ese momento bostecé y el viejo me comunicó que se marchaba. Le dije que podía quedarse y que sentía mucho lo que le había pasado a su perro: me dio las gracias. Me dijo que mamá quería mucho a su perro. Al hablarme de ella la llamaba «su pobre madre». Supuso que debía de sentirme muy desgraciado desde que mamá había muerto y no contesté nada. Me dijo entonces, deprisa y con cara de apuro, que sabía que en el barrio me había ganado mala fama por haber mandado a mi madre al asilo, pero que él me conocía y que sabía que quería mucho a mamá. Contesté, sigo sin saber por qué, que hasta ahora no me había enterado de que tuviera mala fama por eso, pero que el asilo me había parecido lo más natural puesto que no me llegaba el dinero para pagar a alguien que cuidara de mamá. «Por lo demás -añadí-, hacía mucho que no tenía nada que decirme y se aburría sola.» «Sí -me dijo él. y en el asilo por lo menos hace uno amistades.» Luego, se disculpó. Quería dormir. Ahora le había cambiado la vida y no sabía muy bien qué iba a hacer. Por primera vez desde que lo conocía, me tendió la mano con ademán furtivo y noté las escamas de la piel. Sonrió un poco y, antes de irse, me dijo: «Espero que los perros no ladren esta noche. Siempre creo que es el mío…»»

    Nº de páginas: 128

    Editorial: PENGUIN RANDOM HOUSE

    Traducción: MARÍA TERESA GALLEGO URRUTIA y AMAYA GARCÍA GALLEGO

    Idioma: CASTELLANO


    Cosas que leo #56:

    Diarios y cuadernos, Patricia Highsmith

    «4/2/67

    Para el artículo de The Writer.

    Acerca de estar bloqueado, a distintas edades, quizá. Mi caso: una quiere a los 46 o así hacer algo mejor de lo que nunca ha hecho. Una no quiere repetirse. Eso conlleva parálisis temporal, con toda suerte de racionalizaciones. Estoy descansando porque lo necesito. Estoy recuperando fuerzas. Sería una tontería disipar energías. El carácter destructivo de las apariciones públicas y las conferencias. Un triste descubrimiento, puesto que como escribir es una forma de comunicación, a los escritores les encanta comunicar: por lo tanto, ¿por qué no abro la mente y el alma en las conferencias? Bueno, la realidad no es siempre tan estimulante como el satisfactorio ensayo a solas en la bañera. Cualquier indicio de timidez es fatal. Y las entrevistas para televisión. ¿Y las entrevistas más fáciles de lado a lado de la mesa de una cafetería con una cerveza o un café? ¿Qué es lo que hurtan? ¿Es que el escritor se destruye cuando habla tan libre, alegre, felizmente; tan dispuesto a ayudar al entrevistador en su tarea seguramente difícil?

    No lo sé, pero algo se quiebra, se distorsiona, se daña. ¿Un espejo interior de uno mismo? No lo sé. Solo sé que se tarda semanas en recuperarse, como si se hubiera tenido un accidente de coche, sufrido un shock o una conmoción o roto unas costillas. Dylan Thomas quedó destruido por aquel programa tan pasmosamente arduo de conferencias en sus dos viajes a América. Claro, es mucho más sencillo decir que lo destruyeron el alcohol y el tabaco, pues el alcohol fue la causa física inmediata. Pero era un hombre que se sentía incómodo entre mucha gente, o eso dicen quienes lo conocían bien. Bebía para sentirse más cómodo. Pero ni siquiera es así de sencillo. Los escritores y poetas no deberían revelar tanto sobre sí mismos en público, y Thomas lo hacía, por ejemplo, cuando recitaba poemas que había creado en privado. Y cualquier escritor, en una entrevista, revela sus hábitos y métodos de escritura, si los tiene, porque se le preguntan, y desea mostrarse generoso.

    El resultado es tan dañino para su creatividad, su cerebro, como una enfermedad cerebral. En mi opinión, J.D. Salinger hace bien al no conceder entrevistas, al no dar conferencias.»

    Nº de páginas: 1256

    Editorial: ANAGRAMA

    Traducción: EDUARDO IRIARTE GOÑI

    Idioma: CASTELLANO


    Cosas que leo #55:

    Mientras escribo, Stephen King

    Tercera re lectura de esta maravilla y todavía no se me ha pegado nada… En ningún caso es culpa del libro, que es imprescindible.

    Nº de páginas: 320

    Editorial: DEBOLSILLO

    Traducción: JOFRE HOMEDES BEUTNAGEL

    Idioma: CASTELLANO


    Cosas que leo #53:

    Bailaréis sobre mi tumbra, Alba Carballal

    «Sobre una de las mesas de plástico rojo que el tabernero había sacado a la plaza, además de un mantel descolorido, una cadena de cuentas de madera y un cenicero, la Xurela había colocado un transistor. Su antena recogía del salitre las tres cosas que las mujeres mayores más estimaban: las historias de amor por entregas, la información sobre las mareas y el horario de los entierros. El aparato era pequeño y pesado, y su sonido, impreciso como el del Atlántico; pero Asunción no podía calcular cuántas horas de compañía le había regalado en las últimas décadas la onda media. Entre los escombros del ruido blanco —más bien gris—, Aida distinguió una voz de fuego que le cantaba a un querer oxidado…»

    Nº de páginas: 336

    Editorial: SEIX BARRAL

    Idioma: CASTELLANO


    Cosas que leo #42:

    Arena, Miguel Ángel Oeste

    «Aunque en la calle el aparato que medía la temperatura marcaba casi cuarenta grados, me asqueaba el café frío. Miré la portada de El País: ‘La situación económica es muy difícil’, decía el encantador de serpientes que presidía el país desde hacía años. Se hablaba de crisis pero también de prosperidad con los juegos olímpicos. Ping-pong. En la foto la imagen de la pena: ‘Nace una leyenda gitana’. Sus últimas palabras: ‘Madrecita, ¿qué es lo que tengo?’ Pena. La pena que ni con las palmas ni con el cante se va. La pena que devora. Ávida. Carnívora. Se adueña y se extiende implacable: metástasis irreversible. En eso consiste la pena: en no poder darle la vuelta. Primero te controla y luego te destruye. ¿En qué fase estoy? ¿Cuánto me queda? Tuve la intención de escribirlo, pero no tenía bolígrafo ni papel y no iba a pedirlos allí. Me propuse memorizarlo para cuando llegara a casa, aunque era consciente de que lo olvidaría. Lo que uno quiere escribir hay que olvidarlo. Apunta lo que no quieras escribir. Lo que te resulte más difícil. Sin máscaras. Lo que te duela, me escupió una vez el Pérez…»

    Nº de páginas: 304

    Editorial: TUSQUETS

    Idioma: CASTELLANO


    Cosas que leo #38:

    Proletaria consentida, Laura Carneros

    «La muerte del abuelo nos dejó abatidos y más pobres. Con la pensión pagaba la luz, el agua y el cupón de los viernes. Quería ganar la lotería, como todos los viejos. Invertía tres euros a la semana como penitencia, para sobrellevar la culpa de no ser rico. Tenía pensado cómo repartir lo que no tenía. De sus poemas no se preocupó y ahora sus nietos codiciamos en silencio un montón de papeles, mecanografiados y con faltas de ortografía. Pensaba que serían para mó. pero yo lo que tengo son sus cejas de buho… »

    Nº de páginas: 160

    Editorial: CABALLO DE TROYA

    Idioma: CASTELLANO


    Cosas que leo #35:

    El último torero, Joaquín Pérez Ordóñez

    «Todo esto sucedió hace mucho tiempo. En otro país, en otro mundo Un mundo y un país que ya no existen.Y si no sucedió, sucederá muy pronto. O tal vez esté sucediendo en este preciso momento, ante nuestros ojos, y apenas sepamos verlo…»

    Así arranca esta novela. «El último torero», cuya semilla plantamos hace algunos años Joaquín (se me permita llamarle por su nombre de pila por nuestra gran amistad) y un servidor en forma de idea para un posible largometraje. No ha podido ser, al menos de momento, y le doy gracias por haber convertido todas aquellas líneas y diálogos en soberbia novela. Parafraseando a algún conocido que habla del «guion cinematográfico» como una «forma bastarda» de literatura, Joaquín ha conseguido dar vida al universo de Marcial Durán, protagonista de esta historia, hombre de resistencia, férreas convicciones y acólito de un arte en decadencia. De un ARTE, para él en mayúsculas, al que no dudará en aferrarse hasta sus últimos estertores que languidecen a la otra orilla de la legalidad; en la prohibición de un mundo a punto de extinguirse y del que Marcial, cada vez más consciente, ya no le pertence.

    Leedla.

    Nº de páginas: 398

    Editorial: SAMARCANDA

    Idioma: CASTELLANO


    Cosas que leo #31:

    Hamnet, Maggie O’Farrell

    «Se sienta en la silla buena, la que ofrece su madre a las visitas, a las que llegan sigilosamente a la puerta, generalmente de noche, a hablar en susurros de dolores, de exceso de sangre, de falta de sangre, de sueños, de presagios, de achaques, de dificultades, de amores inoportunos, de augurios, de ciclos lunares, de una liebre que se ha cruzado en su camino, de un pájaro que entró en su casa, de un brazo dormido, de otra parte del cuerpo demasiado despierta, de una erupción, una tos o un pinchazo aquí o allí, en el oído, en la pierna, en los pulmones o en el corazón. La madre escucha con la cabeza agachada, asintiendo, chasqueando la lengua. Después coge la mano y, al mismo tiempo, mira hacia arriba, al techo, al aire, con los ojos desenfocados, entrecerrados…»

    Cada página cuenta. Imprescindible.

    Nº de páginas: 350

    Editorial: LIBROS DEL ASTEROIDE

    Traducción: CONCHA CARDEÑOSO

    Idioma: CASTELLANO


    Cosas que leo #17:

    Rompepistas, Kiko Amat

    «Porque somos los chicos con botas, somos las ratas con botas, duros como clavos, a veces hay que agachar la cabeza para no romperse, y somos los irrompibles, somos la arrogancia original, borrachos y orgullosos, pisando cascos rotos, los culos contra la pared, sin futuro y sin modales, carne de cañón. Cornellà, Santako, L’Hospi, Bellvitge, Castefa, Viladecans, Gavà, Sant Boi, La Cope, feas las esquinas y más dura será la caída, cayendo, cayendo, siempre cayendo, cayendo y riendo, haciendo la conga en la cola del INEM, de aquellos polvos vienen estos lodos, sólo que aquí polvos hemos visto pocos y el lodo nos llega ya hasta el cuello, de cara a la pared pero sin libros en las manos, no nos dio tiempo a querer ser alguien, nadie te cuenta nunca cómo se sale de aquí, ¿Hay alguna manera de salir de aquí?, primero deletrea u-n-i-v-e-r-s-i-d-a-d si tienes huevos, oportunidades para estudiar una carrera es lo que no te van a dar (cantaban los Clash), esto es Todos Contra Todos pero nosotros estamos juntos, es lo único que tenemos…»

    Nº de páginas: 320

    Editorial: ANAGRAMA

    Idioma: CASTELLANO