Cosas que leo #110:

    Temporada de huracanes, Fernanda Melchor

    «Fue muchas semanas más tarde cuando la Chica se apersonó una mañana en las calles de Villa, vestida de negro por completo, negras las medias y negros los vellos de sus piernas, y negra la blusa de manga larga, y la falda y los zapatos de tacón y el velo que se habían prendido con pasadores al chongo que recogía sus largos y oscuros cabellos en lo alto de la coronilla, una imagen que pasmó a todos, no sabían si del espanto o de la risa, por lo ridícula que lucía, con el calorón como para cocerle a uno los sesos y esta zonza vestida de negro, había que estar loca, ridícula, qué ganas de hacerle al mamarracho como los travestidos que año con año se aparecían en el carnaval de Villa, aunque la verdad es que nadie se atrevió a carcajearse en su cara, porque fueron muchos los que perdieron a sus seres queridos en aquellos días y al verla en aquel disfraz de parca, con ese andar solemne y a la vez cansino con que la muchacha arrastraba los pies hacia el mercado adivinaron la muerte de la otra, de la madre, de la Bruja Vieja, su desaparición del mundo, sepultada tal vez en el fango que se tragó medio pueblo…»

    Nº de páginas: 224

    Editorial: RANDON HOUSE

    Idioma: CASTELLANO


    Cosas que leo #108:

    Suspense, Patricia Highsmith

    «Un libro no se escribe de un tirón, como un poema, sino que es algo más largo que requiere tiempo y energía y, como también exige habilidad, tal vez la primera obra o incluso la segunda no encuentren mercado. Si así ocurre, el escritor no debe pensar que es malo o que está acabado y, por supuesto, los escritores con auténtico ímpetu no lo harán. Cada fracaso enseña algo. Debes tener la impresión, como la tienen todos los escritores con experiencia, de que hay más ideas en el lugar de donde salió la primera energía, de que eres inagotable mientras vivas. Para esto se necesita como mínimo ser optimista, y si no eres de naturaleza optimista, tienes que creártela artificialmente. A veces uno tiene que persuadirse a sí mismo. Psicológicamente, es bueno que durante un tiempo decente lleves luto por el manuscrito que te han rechazado —es decir, rechazado unas veinte veces, realmente rechazado, no solo dos o tres veces—, pero el luto no debe durar más que unos cuantos días…»

    Nº de páginas: 256

    Editorial: CÍRCULO DE TIZA

    Traducción: JORDI BELTRÁN

    Idioma: CASTELLANO


    Cosas que leo #105:

    Los árboles, Percival Everett

    «Dentro, Dill se había enterado de quiénes eran los dos hombres negros y parecía dispuesto a ayudar. No daba la impreasión de que le importara para bien ni para mal que fueran negros o el MBI. Por encima de todo, parecía encantado de poder hablar con alguien que no fuera de Money.
    —El cabrón es un puto fantasma —dijo Dill—. Y no hay más. Es un puto fantasma.
    —¿Por qué lo dices? —le preguntó Ed.
    Dill lo miró con cara de incredulidad y luego juzgó la pregunta indigna de responderla.
    Jim señaló el pasillo con la mano abierta.
    —¿Para qué iba a necesitar abrir la puerta un fantasma?
    —¿Es usted experto en fantasmas? —preguntó Dill.
    —No, en eso llevas razón —dijo Jim.
    —¿Tú también has hecho un primer ciclo? —preguntó Ed.
    —Tres años en Auburn. Jethro se creer que un primer ciclo es una carrera. Joder, hay gente que cree que Auburn es una universidad. Sólo volví a este pueblucho de mierda dejado de la mano de Dios por mi madre.
    —¿Está enferma? —preguntó Ed.
    —Está gorda. Demasiado gorda. Y le pasa factura —Dill miró la cintura de Ed.
    Ed Carraspeó.
    —¿Has visto algún fantasma? —le preguntó Jim, para cambiar un poco de tema—. En la vida real, quiero decir.
    —Sí, ayer y hoy.
    —¿Y antes?
    —No.
    —¿Quién descubrió que había desaparecido el cuerpo? —preguntó Ed.
    —Fondle —dijo Dill.
    —¿Qué piensas de Fondle? —preguntó Jim.
    Dill miró por encima del hombro para ver si lo podía oír alguien.
    —Más loco que un saco de ratas.
    —Qué poético.
    —Estudié escritura creativa en Auburn. Poesía. Siempre quise ser un poeta beatnik. Me equivoqué de generación. Y ahora meto a gente muerta en cajones. Supongo que en el fondo es todo lo mismo.
    Ed y Jim intercambiaron una mirada.
    —Gracias, Dill —dijo Ed.
    Dill los dejó en el pasillo.
    —Vale, se acbó el bagre para mí —dijo Ed.
    —Aquí no hay nad que ver —dijo Jim.»

    Nº de páginas: 360

    Editorial: DE CONATUS

    Traducción: JAVIER CALVO

    Idioma: CASTELLANO


    Cosas que leo #104:

    Algunos días, Acoidán Méndez

    «Nos reímos. Nada más comenzar a conducir, mi padre me pregunta si me enteré de la noticia. Aunque allá hay otra prensa, claro, razona en voz alta. ¿Qué noticia?, le pregunto. Un viejo de Balos que mató a un muchacho de un escopetazo. ¿En serio? Sí, por lo visto lo andaban molestando y… La gente está fatal, le digo. Ese tenía un cable pelao, no mató a otro de milagro.

    Los temas asaltan conversaciones como navajazos, se habla con la misma franqueza de un cáncer que de un recién nacido. Tras escuchar a mi padre, nos quedamos mirando por la ventana.Entre invernaderos, llanuras de tierra, tabaibas secas y polígonos industriales me pregunto cuántos escritores y escritoras tuvieron que huir de aquí. Habría sido bonito leerlos, pienso. Tal vez, de haber sabido cómo era crecer entre ahulagas, sol y mar, me habría quedado. O tal vez no…»

    Me hace mucha ilusión tener entre las manos el ejemplar de “Algunos días”. Lo compro en cuanto lo publican, pero lo leo un mes más tarde de trago largo. Bebo sus páginas sin urgencia y cuando me quiero dar cuenta se ha terminado. En apariencia no pasa nada, pero sucede todo. Retales de la vida de Telmo; tres meses. Mayo. Junio. Julio. Los días que cuentan un micromomento y que proyectan una existencia. Encuentro, encerrada entre sus páginas, emoción y literatura; silencios y vacíos elocuentes. La novela es un género hambriento y este diario fagocita todo lo que pilla. Lo eleva y lo moldea con su forma. Encaja y sublima un tiempo concreto. Deja huella.

    Siento envida —de la mala— que solo puede ser buena, cuando la detecta el otro; el que se ha convertido en autor y su nombre figura en una cubierta preciosa. Lo ha conseguido.

    Y lo seguirá haciendo hasta que le de la gana.

    Nº de páginas: 165

    Editorial: PLASSON & BARTLEBOOM

    Idioma: CASTELLANO


    Cosas que leo #94:

    La aventura de escribir novelas, Javier Cercas

    Excelente compendio de entrevistas a Javier Cercas. Siempre sublime. Una brújula para no perderse.

    Nº de páginas: 120

    Editorial: ALTAMAREA

    Traducción: LIDIA SUÁREZ ARMAROLI

    Idioma: CASTELLANO


    Cosas que leo #92:

    El punto ciego, Javier Cercas

    Las conferencias de Weidenfeld 2015

    «…uno de ellos es que, como advierte Milan Kundera, el novelista puede llegar a ser más conocido por sus opiniones políticas que por sus novelas, cuando lo mejor que tiene que decir lo dice con sus novelas, no con sus opiniones políticas. Otro problema —quizás más importante todavía, también más inquietante— es que, en varios sentidos cruciales, el novelista y el intelectual son no sólo personajes distintos sino opuestos. El novelista formula interrogantes, siembra dudas, propone paradojas, inocula contradicciones y no da nunca respuestas, o sus respuestas son siempre ambiguas, contradictorias, esencialmente irónicas; no digo que, en circunstancias normales, el intelectual (o el novelista metido a intelectual) no pueda o incluso deba hacer lo mismo en sus comentarios y reflexiones, sembrando dudas, ambigüedades  y perplejidades sobre la actualidad formulando interrogantes acerca de ella. Pero lo cierto es que, por muchas dudas, interrogantes, ambigüedades y perplejidades que siembre, en situaciones límite —esas que definen al intelectual como definen a cualquier otro hombre— el intelectual no puede eludir tomar partido, debe aceptar o negar, transigir o rebelarse, decír sí o no: aunque no renuncie a seguir planteando preguntas, en tales casos no puede no dar respuestas claras, nítidas y taxativas. Esto le aleja por completo del novelista, si no le coloca frente a él, o le enemista con él. Lo cual significa que el novelista que acepta correr el riesgo de intervenir en la vida pública, por los motivos que fuere —por soberbia, por afán de notoriedad, por que siente la obligación o el impulso de hacerlo, o simplemente por el temor a verse devorado por el autismo narcicista que lo asedia de continuo, amenazando con hacer de él un mamarracho sin remedio—, debe saber que puede convertirse en un individuo escindido…»

    Nº de páginas: 114

    Editorial: RANDOM HOUSE

    Idioma: CASTELLANO


    Cosas que leo #85:

    Nunca me abandones, Kazuo Ishiguro

    Tenía muchas ganas de hincarle el diente a esta novela, sobre todo después de haberla visto en la lista de las 100 mejores novelas del siglo XXI que publicaron en el Times. Pero la verdad es que me ha decepcionado un poco, más cuando había leído anteriormente Los restos del día, que me pareció sublime. La elegancia de aquella novela deja paso a la frialdad de esta. Supongo que se debe a la voz elegida, la propia protagonista… si bien es cierto que la frialdad de la narración y lo genérico de sus palabras apuntan a la apuesta de la novela… Quizás ha sido las altas expectativas que puse en la novela…

    Nº de páginas: 360

    Editorial: ANAGRAMA

    Traducción: JESÚS ZULAIKA GOICOECHEA

    Idioma: CASTELLANO


    Cosas que leo #82:

    Las perfecciones, Vincenzo Latronico

    O me he vuelto un desalmao… o esta historia está escrita desde una distancia muy salvaje. Me mata la poca carne que te deja tocar este narrador omnisciente… ¿Recomendable? Pues qué te digo… a lo mejor te flipa. No ha sido mi caso.

    Nº de páginas: 168

    Editorial: ANAGRAMA

    Traducción: CARMEN GARCÍA-BEAMUD

    Idioma: CASTELLANO


    Cosas que leo #81:

    Rabos de lagartija, Juan Marsé

    «Mamá ha encargado a David que la despierte a las tres y media. Hace un rato ha sacado los pies hinchados del agua salada de la palangana y ahora duerme la siesta sentada en el sillón de mimbre. David se acerca a ella sigilosamente, retira la palangana y le envuelve los pies en una toalla. Antes de incorporarse coge su mano y comprueba que está bien dormida, y entonces, con mucho cuidado, se abraza a sus rodillas y apoya la mejilla y la oreja contra su vientre. Un botón desabrochado de la bata le permite sentir en la mejilla la tensión de la piel cálida alrededor del ombligo, y capta con la oreja el apagado murmullo de lo que parece una melodía, como si la pelirroja cantara en sueños y su voz al caer se remansara en el útero. ¿Me estás oyendo, enano? Incluso dormida, tiene una canción a flor de labios. ¿Qué opinas tú, microbio, tú que escuchas su corazón a través de la sangre? ¿Por qué canta en sueños, y a quién le canta?»

    Nº de páginas: 352

    Editorial: DEBOLSILLO

    Idioma: CASTELLANO


    Cosas que leo #79:

    MANIAC, Benjamin Labatut

    «Insistes en que hay cosas que las máquinas no pueden hacer. Si tú me dices exactamente qué es lo que no pueden hacer, yo siempre seré capaz de construir una máquina que haga exactamente eso…»

    Nº de páginas: 400

    Editorial: ANAGRAMA

    Idioma: CASTELLANO


    Cosas que leo #72:

    El mal hijo, Salvador S. Molina

    «Le oí. Dijo algo. Le escuché hablar. Me tocó la cara con sus yemas resecas. Quiero irme. Eso entendí. Déjame salir. No me dio tiempo a reaccionar. Al momento se le tensó el cuerpo y las costillas se comieron su pecho, retorciendo los dedos en el aire, y las piernas y el cuello, comenzó a gritar, a aullar por un dolor que llevaba dentro y que sólo él conocía. Puede sonar estúpido, pero me asusté mucho y me aparté corriendo, pegué un salto del colchón al pensar que mi padre podía morírseme o algo parecido. Él siguió convulsionando hasta que mi abuela se lanzó sobre él y le agarró de las muñecas. No sé qué hizo, pero funcionó. Tal vez eso pasaba siempre que le iba a ver y mi abuela ya había aprendido a dominarlo. Creo que le susurró cosas al oído. Igual que a los caballos.
    —Vamos a darle su regalo. Vamos a cantarle cumpleaños feliz…»

    “Es bonito… es muy bonito” le digo a Salva por teléfono cuando toco por primera vez el ejemplar de “El mal hijo”. Ya leí el manuscrito hace unos años y seguía pensando en el largo tiempo que han tardado en publicarlo; la verdad no entiendo la necesidad de hacer esperar a los lectores para asomarse a este universo Alhameño que se sucede en la novela. La primera vez que pisé su pueblo, ya lo había visitado a través de los ojos de Salva con esta primera novela que, por favor, espero no sea la última.

    Hay voz. Hay mirada. Hay estilo.

    Lo compruebo con emoción mientras releo la novela… “Qué hijo de puta”, me sale decir cada pocos párrafos… “Qué envidia”, también… pero esto me guardo de decírselo porque quiero que siga siendo mi amigo.

    Hay autenticidad. Hay talento. Y hay, hasta cuando él quiera, un escritor.

    Gracias por querer serlo.

    Nº de páginas: 240

    Editorial: ESPASA

    Idioma: CASTELLANO


    Cosas que leo #62:

    De qué hablo cuando hablo de escribir, Haruki Murakami

    «Para los escritores mantenerse sin dificultades en el lugar donde deben estar es casi sinónimo de muerte creativa. Los escritores somos como ese tipo de pez que muere ahogado si no nada sin descanso.

    Por eso admiro a los escritores que nadan incansablemente durante mucho tiempo. Tengo una lógica predilección por determinadas obras, pero la esencia de esa admiración reside en que ser capaces de mantenerse activos durante muchos años y ganarse un público fiel se debe a que poseen algo fuera de lo común. Escribir novelas responde a una especie de mandato interior que te impulsa a hacerlo. Es pura perseverancia y resistencia, apoyadas en un prolongado trabajo en solitario. Me atrevo a decir que son cualidades y requisitos fundamentales de todo escritor profesional…»

    Nº de páginas: 304

    Editorial: TUSQUETS

    Traducción: FERNANDO CORDOBÉS / YOKO OGIHARA

    Idioma: CASTELLANO


    Cosas que leo #60:

    Extraños en un tren, Patricia Highsmith

    «Eso era. Había puesto fin a una vida. Más nadie sabía qué era la vida, todo el mundo la defendía, era lo más valioso, pero él había arrebatado una. Aquella noche había tenido noción del peligro, de que le dolían las manos, del temor a que ella hiciese ruido, pero en el instante de sentir que la vida se le escapaba a la víctima, todo lo demás se había borrado y sólo le había quedado la realidad, la misteriosa realidad de lo que estaba haciendo, el misterio y el milagro de poner fin a una vida. La gente hablaba del misterio de nacer, del principio de la vida. ¡Pero eso era muy fácil de explicar! ¡De la unión de dos células embrionarias! Pero ¿y el misterio de poner fin a una vida? ¿Bastaba con apretar el cuello de una chica para que su vida se interrumpiera? Bien mirado, ¿qué era la vida? ¿Qué sintió Miriam después de soltarle la garganta? ¿Dónde estaba? No, él no creía en una vida más allá de la muerte. Ella había dejado de ser, y justamente eso era el milagro. ¡Oh, sí, él podría decir muchas cosas si le entrevistaban los periodistas!»

    Nº de páginas: 360

    Editorial: ANAGRAMA

    Traducción: JORDI BELTRÁN

    Idioma: CASTELLANO


    Cosas que leo #56:

    Diarios y cuadernos, Patricia Highsmith

    «4/2/67

    Para el artículo de The Writer.

    Acerca de estar bloqueado, a distintas edades, quizá. Mi caso: una quiere a los 46 o así hacer algo mejor de lo que nunca ha hecho. Una no quiere repetirse. Eso conlleva parálisis temporal, con toda suerte de racionalizaciones. Estoy descansando porque lo necesito. Estoy recuperando fuerzas. Sería una tontería disipar energías. El carácter destructivo de las apariciones públicas y las conferencias. Un triste descubrimiento, puesto que como escribir es una forma de comunicación, a los escritores les encanta comunicar: por lo tanto, ¿por qué no abro la mente y el alma en las conferencias? Bueno, la realidad no es siempre tan estimulante como el satisfactorio ensayo a solas en la bañera. Cualquier indicio de timidez es fatal. Y las entrevistas para televisión. ¿Y las entrevistas más fáciles de lado a lado de la mesa de una cafetería con una cerveza o un café? ¿Qué es lo que hurtan? ¿Es que el escritor se destruye cuando habla tan libre, alegre, felizmente; tan dispuesto a ayudar al entrevistador en su tarea seguramente difícil?

    No lo sé, pero algo se quiebra, se distorsiona, se daña. ¿Un espejo interior de uno mismo? No lo sé. Solo sé que se tarda semanas en recuperarse, como si se hubiera tenido un accidente de coche, sufrido un shock o una conmoción o roto unas costillas. Dylan Thomas quedó destruido por aquel programa tan pasmosamente arduo de conferencias en sus dos viajes a América. Claro, es mucho más sencillo decir que lo destruyeron el alcohol y el tabaco, pues el alcohol fue la causa física inmediata. Pero era un hombre que se sentía incómodo entre mucha gente, o eso dicen quienes lo conocían bien. Bebía para sentirse más cómodo. Pero ni siquiera es así de sencillo. Los escritores y poetas no deberían revelar tanto sobre sí mismos en público, y Thomas lo hacía, por ejemplo, cuando recitaba poemas que había creado en privado. Y cualquier escritor, en una entrevista, revela sus hábitos y métodos de escritura, si los tiene, porque se le preguntan, y desea mostrarse generoso.

    El resultado es tan dañino para su creatividad, su cerebro, como una enfermedad cerebral. En mi opinión, J.D. Salinger hace bien al no conceder entrevistas, al no dar conferencias.»

    Nº de páginas: 1256

    Editorial: ANAGRAMA

    Traducción: EDUARDO IRIARTE GOÑI

    Idioma: CASTELLANO


    Cosas que leo #55:

    Mientras escribo, Stephen King

    Tercera re lectura de esta maravilla y todavía no se me ha pegado nada… En ningún caso es culpa del libro, que es imprescindible.

    Nº de páginas: 320

    Editorial: DEBOLSILLO

    Traducción: JOFRE HOMEDES BEUTNAGEL

    Idioma: CASTELLANO


    Cosas que leo #48:

    Vengo de ese miedo, Miguel Ángel Oeste

    «No tengo claro qué voy a contar ni cómo voy a hacerlo. No he diseñado ninguna estructura ni he compuesto una cronología. Simplemente escribo buscando explicaciones, pese a que cuando uno escribe suele terminar descubriendo que solo ha conseguido multiplicar las preguntas…»

    Nº de páginas: 304

    Editorial: TUSQUETS

    Idioma: CASTELLANO


    Cosas que leo #45:

    Felices como bestias, Diego Pinillos

    «—No, no, muchas gracias… Tengo algo que hacer.
    Sin mirarte siquiera, se aleja en dirección al pueblo, con su traje antes marfil y ahora marrón de tanta tierra, hierba y sudor acumulado. Tu padre se acerca a agarrarte del cogote, orgulloso, pero no puedes dejar de mirar la sombra de Jaime perderse por las calles de Nava hasta hacerse del tamaño de una nuez diminuta y frágil incapaz de revelar su contenido real sin un
    cachanueces…

    Y así es como ocurre. Con una metáfora, con una mentira. Primero un golpe en el pecho, y luego un verso suave que te sube de los testículos a la garganta…»

    Este ejemplar que ahora tengo entre las manos, está dedicado por el propio autor, —afortunadamente más amigo que compañero— y del que no puedo estar más orgulloso. .. Le descubro entre las líneas de esta historia que es un acto de amor hacia todos nosotros y hacia él mismo. Un descubrimiento que nos regala con su primera novela y del que nos hace partícipes (literalmente) y, por qué no decirlo, sentir también imprescindibles…

    Me gusta pensar que tenemos algo que ver con su identidad y con las personas de «su» verbo.

    Gracias de verdad por ser uno más de tus «fantasmas».

    Yo también te quiero.

    Nº de páginas: 384

    Editorial: ADN NOVELAS

    Idioma: CASTELLANO


    Cosas que leo #37:

    Los millones, Santiago Lorenzo

    «Primi le dio cuatro datos sobre su pasado africano. A Francisco le hizo gracia biografía tan accidentada. Era la quinta vez que se reía con ella, y ninguna había sido por quedar bien, como cuando iba con chavalas a sus dieciséis años. Y ella, a cuenta de su relato, le pareció a Francisco tropicalmente excitante, atractivamente mundana, colonialmente deseable. Entusiasmado por todo, acercó su cara aún más a la verja metálica: para ver mejor y para sentir el frío del metal. Divertida por el gesto, Primir hizo lo mismo…»

    Nº de páginas: 256

    Editorial: BLACKIE BOOKS

    Idioma: CASTELLANO


    Cosas que leo #35:

    El último torero, Joaquín Pérez Ordóñez

    «Todo esto sucedió hace mucho tiempo. En otro país, en otro mundo Un mundo y un país que ya no existen.Y si no sucedió, sucederá muy pronto. O tal vez esté sucediendo en este preciso momento, ante nuestros ojos, y apenas sepamos verlo…»

    Así arranca esta novela. «El último torero», cuya semilla plantamos hace algunos años Joaquín (se me permita llamarle por su nombre de pila por nuestra gran amistad) y un servidor en forma de idea para un posible largometraje. No ha podido ser, al menos de momento, y le doy gracias por haber convertido todas aquellas líneas y diálogos en soberbia novela. Parafraseando a algún conocido que habla del «guion cinematográfico» como una «forma bastarda» de literatura, Joaquín ha conseguido dar vida al universo de Marcial Durán, protagonista de esta historia, hombre de resistencia, férreas convicciones y acólito de un arte en decadencia. De un ARTE, para él en mayúsculas, al que no dudará en aferrarse hasta sus últimos estertores que languidecen a la otra orilla de la legalidad; en la prohibición de un mundo a punto de extinguirse y del que Marcial, cada vez más consciente, ya no le pertence.

    Leedla.

    Nº de páginas: 398

    Editorial: SAMARCANDA

    Idioma: CASTELLANO


    Cosas que leo #31:

    Hamnet, Maggie O’Farrell

    «Se sienta en la silla buena, la que ofrece su madre a las visitas, a las que llegan sigilosamente a la puerta, generalmente de noche, a hablar en susurros de dolores, de exceso de sangre, de falta de sangre, de sueños, de presagios, de achaques, de dificultades, de amores inoportunos, de augurios, de ciclos lunares, de una liebre que se ha cruzado en su camino, de un pájaro que entró en su casa, de un brazo dormido, de otra parte del cuerpo demasiado despierta, de una erupción, una tos o un pinchazo aquí o allí, en el oído, en la pierna, en los pulmones o en el corazón. La madre escucha con la cabeza agachada, asintiendo, chasqueando la lengua. Después coge la mano y, al mismo tiempo, mira hacia arriba, al techo, al aire, con los ojos desenfocados, entrecerrados…»

    Cada página cuenta. Imprescindible.

    Nº de páginas: 350

    Editorial: LIBROS DEL ASTEROIDE

    Traducción: CONCHA CARDEÑOSO

    Idioma: CASTELLANO


    Cosas que leo #28:

    Si te dicen que cai, Juan Marsé

    «En efecto, allí estuvo: qué lata, qué rollo, camarada. De espaldas sobre el colchón días y noches enteras, los ojos en el techo, puestos en el tranquilo avanzar de una telaraña o una grieta, reconstruía las ruinas de este barrio piedra por piedra, olfateaba con la memoria el hambre y la miseria de estas calles, los sueños de los amigos que duermen bajo tierra preñados de engaños y de metralla, la esperanza de libertad todavía insepulta. Al revés que yo, él quería aún recuperar de algún modo la mugre y las barricadas, la sarna y el odio, quería nuevamente quemar los púlpitos y los altares, saquear las villas y los profundos pisos de los ricos y disponer por última vez de la pólvora y el fuego que había de salvarnos…»

    Maravilla absoluta.

    Nº de páginas: 368

    Editorial: PENGUIN RANDOM HOUSE

    Idioma: CASTELLANO


    Cosas que leo #27:

    Alta fidelidad, Nick Hornby

    «En las canciones de Bruce Springsteen o te quedas o y te pudres, o te escapas y te quemas. Eso está bien; por algo es un cantautor y necesita opciones así de simples para sus canciones. En cambio, nadie ha escrito nunca en una canción que es posible escapar y pudrirse: hay fugas en las que te sale el tiro por la culata, y también te puedes ir de la periferia para vivir en la ciudad, para terminar llevando una vida periférica, suburbana y arrastrada de todos modos. Eso es lo que me pasó a mí; o es lo que le pasa a casi todo el mundo…»

    Nº de páginas: 357

    Editorial: ANAGRAMA

    Traducción: MIGUEL MARTÍNEZ-LAGE

    Idioma: CASTELLANO

    # # # # #


    Cosas que leo #19:

    Las Leyes de la Frontera , Javier Cercas

    «— Y eso que hubiera podido no hacerlo: en La Montgoda le había devuelto el favor al Zarco y había saldado su deuda con él.
    —Sí, pero estaba Tere.
    —¿Quiere decir que se unió a la basca del Zarco por Tere?
    —Quiero decir que, si no hubiera sido por Tere, lo más probable es que no lo hubiese hecho; aunque hubiera llegado a la conclusión de que ella no era para mí, quería pensar que, mientras estuviésemos cerca, siempre podía voler a pasar lo que había pasado en los lavabos de los recreativos Vilaró; y yo creo que estaba dispuestos a correr el riesgo con tal de mantener alguna posibilidad de que eso volviera a pasar. Dicho esto, usted es escritor y debe saber que, aunque nos tranquiliza mucho encontrar una explicación para lo que hacemos, la verdad es que la mayor parte de lo que hacemos no tiene una sola explicación, suponiendo que tenga alguna.»

    Nº de páginas: 384

    Editorial: LITERATURA RANDOM HOUSE

    Idioma: CASTELLANO